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domingo, 23 de agosto de 2015

36 cosas

       
Hola a todos! He vuelto más rápido de lo que pensé.

Creo que todos queremos algo y luego cambiamos de idea, así que, les traigo una historia de amor contada desde lo que alguien quiere.
Espero realmente que les guste y que comenten. Siempre es bueno saber lo que piensan y como soy curiosa es todavía mejor.

Les dejo un beso grande y disfruten! <3








                           36 cosas 



Quiero descubrirte en el fondo de un vaso, entre pequeñas gotas de agua.
Quiero tenerte en el estante de mi habitación, para siempre tenerte cerca de mi corazón.
Quiero darte mil y una aventuras y que tu cara se llene de pintura, de color y de alegría, de tu cara y la mía.
Quiero contarte mis cosas, aunque no sean de color rosa.
Quiero regalarte mis días con sus penas y alegrías.
Quiero recorrer el mundo de tu mano en un segundo.
Quiero que te encuentres lejos para extrañarte y cuando vuelvas hacerte un cortejo.
Quiero que sonrías y que me regales tus alegrías.
Quiero que me permitas tener tus lágrimas metidas en una botella de agua.
Quiero que mi vida dependa de ti, pero que sea mía.
Quiero pasar la noche despierta, leyendo un libro entre tus piernas.
Quiero que me grites y que me retes y que de paso me enseñes a remontar un barrilete.
Quiero ver el mundo de mil colores.
Quiero que me abraces en la noche y duermas a mi lado, aunque te encuentres desvelado.
Quiero caminar bajo la lluvia de tu mano y con un paraguas enganchado a tu brazo.
Quiero morir todos los días y revivir a tu lado.
Quiero que camines solo y que vuelvas desolado, que me extrañes tanto que no puedas vivir y que vuelvas a mi lado como un pájaro desplumado.
Quiero que grites a mi lado, cuando estés enfadado.
Quiero que digas que lo lamentas y que no lo harás más.
Quiero vivir una vida llena de ti y de mi y quien dice de un nosotros.
Quiero que escribamos juntos una nueva historia y que ante la gloria del final escribamos un epílogo.
Quiero que mi sangre se mezcle con la tuya y que la muerte nos abra paso.
Quiero que me digas lo que sientes aunque me haga daño.
Quiero que termines con un te quiero, cada mentira verdadera.
Quiero que me digas Basta y me cierres la puerta.
Quiero que el para siempre se termine en un segundo.
Quiero que me regales un paracaídas por si me tiras de éste mundo.
Quiero un salvavidas para no hundirme y un par de remos para ir contra marea.
Quiero que te tires al río si es necesario.
Quiero que te hundas solo, y no me lleves contigo, aunque todos sabemos que es mentira.
Quiero que te des la vuelta y te vayas.
Quiero que cierres la puerta con llave y que la pierdas en el camino.
Quiero que no te acuerdes de mi en ningún momento.
Quiero que el destino sea bueno conmigo.
Quiero que no sepas quien soy ,ni donde estoy.
Lo que más quiero es no estar con vos.


martes, 18 de agosto de 2015

Los ejes de la vida

Hola a todos, espero que les esté yendo bien. Les cuento que hoy se han terminado mis pequeñas vacaciones y que he vuelto a mi vida cotidiana por lo que voy a estar subiendo post con menos regularidad. Pero no se preocupen que de acá no me voy!!
Hoy les traigo un pensamiento que he tenido mientras viajaba en colectivo y que traté de ponerlo en palabras, realmente es algo que no estoy muy segura de como salió, pero igualmente quiero compartirlo con ustedes.



                      Los ejes de la vida




Dicen que los grandes gestos demuestran como es una persona, y quizá sea de esa forma, pero en mi opinión, los pequeños gestos son los que hacen la diferencia. Un hola, un cómo estás o tan solo que alguien te dé el asiento en un colectivo, en la sala de espera de un consultorio o  que te sonrían sin razón aparente puede hacer que tu día mejore.
 Quizá uno no se da cuenta de los pequeños detalles porque los tomamos como algo normal o simplemente no los notamos, pero ellos siempre están.
Soy de las que pienso que la educación nunca se pierde pero tampoco siempre se gana, sin embargo no significa que no la podamos adquirir con el tiempo y aunque el gesto educado no existiera como tal, estoy segura que igualmente tenderíamos a comportarnos de la misma manera.
Nosotros pasamos toda nuestra vida buscando la felicidad o algo que se parezca a ella. Lo extraño es que en mi forma de ver la vida , la felicidad se encuentra en los pequeños gestos, en las pequeñas cosas y sentimientos pasajeros, porque después de todo no podemos ser felices continuamente, dejaría de llamarse felicidad.
 La tristeza también es buena compañera, no sé si la más apreciada, pero seguro que es igual de necesaria que la felicidad, aunque a la tristeza nadie la busca y ella solo llega de repente, sin avisar y explota nuestra pequeña burbuja de felicidad.
La felicidad y la tristeza se encuentran en continuo balanceo, yendo y viniendo, peleando entre si constantemente, pero de alguna manera se encuentran en equidad.
La equidad es lo que sentimos día a día y los pequeños gestos son los ejes de la balanza que es la vida.





Espero que les haya gustado y me entendieran.
¡¡¡Les dejo un beso grande y hasta la próxima!!!


sábado, 8 de agosto de 2015

El callado y sus palabras

Tenemos tanto para decir y tan poco tiempo , que no sabemos cómo decir lo que queremos y de la mejor forma posible.
Generalmente quien más cosas para decir tiene es el que vive callado, y no es que se calla por elección, se calla porque hay alguien más que tiene poco para decir pero que no deja de emitir sonido tras sonido con sus cuerdas vocales. En definitiva, al callado no le importa tener que escuchar , pero no significa que le importe lo que le estás diciendo.
Dicen que el que escucha es el que aprende o el que no sabe; para mí, el que escucha es el que todavía no encontró las palabras justas para expresar lo que quiere y en el menor tiempo posible, y si lo piensan por un momento puede que tenga razón.Hay tantas palabras y significados en un diccionario que saber cada una de ellas lleva tiempo, sin embargo, una palabra precisa puede contener muchas palabras y de esa forma el callado ahorra muchos segundos, que luego se transforman en minutos, horas, días y años, y finalmente cuando ya tiene todo lo que quiere decir bien conciso y apretado es el momento de gritárselo al mundo.
Cuando su boca se abre y sus cuerdas bocales comienzan a emitir sonido, su lengua y labios empiezan a modular letras, palabras y de repente todos a su lado se quedan asombrados, perplejos de lo que dice y sobre todo de su tono y lo alto que lo grita. Una vez termina, el callado se vuelve a callar y se prepara para escuchar, porque eso es lo que hace el callado. La única diferencia ahora, es que ya dijo todo lo que quería y por lo tanto tendrá que volver a reflexionar y escuchar detenidamente al que no dice nada hasta que vuelva a encontrar las palabras adecuadas.
El que siempre habla y nunca llega a decir lo que quiere decir o no tienen nada que decir pero igualmente desperdicia aire y desperdicia palabras, se quedará mudo mientras el callado habla. Y luego de escuchar atentamente por primera vez, empezará a balbucear para tratar de decir algo, pero no llegará a nada, porque no sabe o no entiende lo que el callado dijo, porque nunca usó esas palabras y por lo tanto no conoce su significado y aunque quiera decir algo el que siempre habla no podrá decir nada.
De ésta forma el callado tendrá su merecido descanso y el que siempre habla se cansará más, porque tendrá que ir a buscar un diccionario y poner su mente a trabajar.







¡Espero les haya gustado!

miércoles, 5 de agosto de 2015

Entre hojas de papel

En la noche llegaste y en la noche te fuiste.
Eres tan silencioso que hasta tu peso no se siente al caminar.
Como todo un poeta te expresaste y me conseguiste y como un ladrón de guante blanco tomaste de mi todo lo que tenía y te marchaste bien entrado el amanecer.
No me diste un beso, ni una palabra de despedida, esa no era tu forma de ser.
Me dejaste sola y perdida entre dos hojas de papel.
Con tinta marcaste mi piel y con fuego mis entrañas, ya no me extraña que te hayas ido con él.
Que el dolor te acompañe todo lo que te queda de vida y que con la ira que generes se te caiga una montaña.
Espero que cabes muy profunda tu tumba, en la tierra que has nacido, y sobre todo sueño con tu cuerpo mal herido, con los puñales clavados en lo más profundo por las manos de las mujeres que has herido.
No se justifica la crueldad con que nos has dejado. Los corazones rotos y rasguñados de quienes te han amado sin juzgar y ahora te quieren lastimar.
Creo que hablo por todas cuando digo que esto es cruel, que la tinta y el papel se usan para amar y no para enloquecer; que todo lo que dices son puras mentiras y que espero que no metas más la cola entre las patas y des la cara a la verdad. Todas tenemos una herida abierta y vos lo único que haces es tirar más sal.
Cada tanto me pregunto quien será la culpable de tu roto corazón, pero luego yo recuerdo que sin la fama y el dinero lo podrías estar pasando peor.
Todavía te queremos, aunque te guardemos rencor.
Espero que escribas algo para hacer feliz a mi corazón.
De las melancolías me he cansado y del dolor ya he vivido, mi casa parece un río de tantas lágrimas que he echado.
Espero que me perdones por las cosas que te digo, pero creo que lo que escribes no es más que un manotazo de ahogado.
No hay tristeza que no repitas y recuerdo que desentierres, tus palabras ya no tienen el sabor que tenían en el pasado, porque te has perdido y nos has abandonado.
Eres malo con tus actos y eres malo con la tinta, solo la usas para contarnos historias de tu pasado, ése que te ha marcado y que no te quieres soltar.
Es mucho más fácil dejar tu mente correr y tu imaginación entrenar. Pero está bien, te entiendo , el dinero puede más.
Espero te acuerdes de nosotras cuando ya no vendas más.

martes, 4 de agosto de 2015

El diario de Tao

Hola mis amores he vuelto, me han extrañado? Espero que sí . Hoy les traigo lo que va a ser mi nuevo trabajo para el blog.
Voy a escribir una serie de capítulos sobre Tao, mi nuevo personaje , que espero que les guste, porque yo me he enamorado de ella y de su dulzura para ver las cosas. Como digo siempre, estoy abierta a sugerencias, así que, si quieren aportar su granito de arena a la historia me lo dicen y trataré de hacer que suceda, después de todo no solo me gusta divertirme cuando lo escribo, sino que ustedes se diviertan también y que salga algo lindo de todo ésto.


El capítulo de hoy se titula:






                      Mi nueva familia



Quiero dormir, quiero volver a mi casa y meterme en mi cómoda y espaciosa cama de sábanas suaves y con olor a lavanda.  La nueva cama en la que duermo no me gusta, no es cómoda, no es mía. Nada de lo que me rodea es mío. Me  siento ajena en una casa que se supone me pertenece, pero que de alguna forma sigue siendo la casa de mi marido y de su familia.

Me casé hace ya un mes y me sigo sintiendo incómoda, supongo que es normal, la verdad es que no lo sé, nunca nadie me contó cómo me iba a sentir o que era lo que tenía que hacer.
Acá nadie sabe de mí, quién soy o de las costumbres de mi país, y yo tampoco sé quiénes son, ni que se acostumbra hacer aquí. Poco a poco nos vamos conociendo, nos vamos adaptando y quizás luego de un par de días más, logre quererlos.

A mi esposo lo amo, eso es un hecho, pero su familia es harina de otro costal. Son todos tan diferentes entre ellos que no los puedo llegar a entender. Mi nueva madre, o suegra, como mi marido dijo que era costumbre llamar, vive constantemente preocupada por las cosas que debe hacer en la casa y aunque yo trato de ayudarla ella no me deja, dice que yo no tengo que hacer nada de eso, que cuando tenga mi propia casa me encargaré de ella, pero ésta no es mi casa. Desde que traspasé la puerta de la cacita de paredes blancas y puerta azul, supe que no estaba en casa.

 La abuela de mi marido, es una señora de 90 años, muy simpática y activa, cosa rara para su edad. La abuela me cae bien, solo tiene un único defecto, y es que está constantemente tratando de meter comida en mi boca para, según ella, subir de peso y estar sana para dar a luz a sus nietos. La abuela quiere tener nietos antes de morir, supongo que la puedo entender, pero no logro comprender el beneficio de subir de peso, en mi pueblo, la mujer sana no tiene más que el peso adecuado y yo estoy en mi peso adecuado desde que terminé la universidad.

 Mi marido también tiene dos hermanas, una más desgraciada que la otra, pero que de cierta forma me resultan divertidas. Las dos hermanas son unas solteronas empedernidas y se jactan en todo momento de su condición; hace un mes éste hecho me causaba repulsión, pero ahora ya me han explicado que acá es algo normal, que la mujer no tiene la obligación de casarse y tener hijos. Yo supongo que está bien, no me parece natural, pero tampoco me gusta juzgar. Lo que me preocupa de éste hecho, es que yo siento que tengo la obligación de hacer perdurar el apellido, ya que mi esposo es el único hombre de la familia y aunque no estamos apurados en concebir una nueva vida por el momento, tampoco lo hemos hablado. Tener un hijo sería lo indicado.

Mi nueva casa es linda, chiquita pero cálida, aunque no me pertenezca. El cambio de cultura y de idioma fue muy fuerte para mí, pero me gusta sentir el olor dulce del desayuno que prepara mi suegra todos los días o la cena tan rica que hace mi marido. El almuerzo es algo que me gusta hacer todos los días junto a mis nuevas hermanas. Ninguna de las tres sabemos cocinar bien, pero mamá nos ayuda un poco y la abuela, quien se sienta en la mesa de la cocina mientras tratamos de cocinar algo, nos da instrucciones y nosotras como buenas marineras hacemos lo que nos ordena. La abuela, es la capitana del barco, mamá es la oficial y mis hermanas y yo somos parte de la tripulación. Mi marido es otro caso, él para nosotras es el rey del barco, no sé si eso existe o no, pero no importa, ustedes deben haber entendido.

Mi marido es el único hombre entre cinco mujeres y el responsable de cuidarnos a todas, es realmente agradable y protector, él es el único en la familia que habla mi idioma, y tengo que dar gracias por eso.

 Cuando estamos en nuestro cuarto, es cuando me puedo relajar realmente y comunicarme en mi lengua materna.  La noche, es el momento del día que más me gusta. Mi mente puede descansar tranquilamente y dejar de tratar de pasar del chino al inglés y del inglés al español. Todavía no sé muy bien hablar en español, pero mi nueva familia me enseña todos los días y cada vez voy mejorando más. Cuando hablo sueno raro y mis hermanas algunas veces se ríen de mí, pero mi esposo dice que eso está bien, que es normal y que le gusta que suene rara, porque de esa forma siempre me voy a acordar de mis raíces. Adoro a mi marido, supongo que si no lo amara tanto no habría dejado todo para venir con él a un país en el cual no me puedo comunicar.

El primero de julio, nuestro avión aterrizo y cuando bajamos de él me vi inmersa entre cuatro mujeres gritonas y lloronas que me abrazaban y decían cosas que yo no comprendía. Mi marido me tuvo que explicar que ellas eran de su familia y que ahora yo pertenecía a ella también. Después del espanto del primer momento al no saber quiénes eran y qué querían me uní a su alegría, fue lindo darme cuenta de cuan festivos y agradables eran, pero sobre todo, de ver la sonrisa enorme que tenía mi amor en su cara y lo mucho que se notaba que se querían. Es lindo darse cuenta que los gestos y las miradas son universales y que no necesitamos de un idioma para comprendernos, porque después de todo somos iguales.

Los primeros días luego de mi llegada fueron los más difíciles hasta el momento. Mi nueva familia quería saber todo de mí, después de todo Mariano y yo nos habíamos casado sin yo conocerlos y ellos a mí, las diferencias de idiomas no fueron muy beneficiosas, pero Mariano hacía de intérprete y de esa forma todo fue más fácil. Con el pasar de los días y la ayuda de todos, comunicarnos fue siendo un trabajo menos arduo.

Ahora ya me puedo comunicar mejor. Sigo hablando raro y como un indio, como dicen mis hermanas, pero nos podemos entender. No me puedo ofender con ellas y nunca lo haría por reírse de mi forma de hablar, para mí también es gracioso escucharlas hablar a ellas, es como si cantaran todo lo que dijeran, hay veces que me siento dentro de un musical, y ni que decir cuando se ponen a hablar todas juntas, no solo no sé lo que dicen, sino que parece una mala comedia de esas que pasan por la tele.

Mariano viaja mucho debido a su trabajo y yo cada tanto lo acompaño, me gusta conocer nuevos lugares y lo que  es mejor es que no interfiere en mi trabajo, ya que todo lo que hago lo puedo hacer con solo tener una conexión a Internet. Cuando él se va solo, que son pocas veces, yo me quedo con ellas cuatro; al principio me sentía invadida pero luego ya no. Siempre viví sola con mi padre y al no tener hermanas ni madre, mi casa era muy callada. El silencio es algo que todavía extraño, quizás es lo que más extraño, en ésta nueva casa todas hablan y en todo momento. Donde vivo ahora es una casa feliz.

Me agrada mucho la idea de que mis hijos crezcan en una casa llena de alegría y con una familia que los va a mimar. Estoy segura que la abuela les va a hacer sus escarpines, ya que tiene unas manos para tejer que son muy buenas. La abuela me dijo que me iba a enseñar a hacer lo mismo que hace ella, pero estoy en la duda de que algún día me salga tan bien como le sale a ella, todo depende de la práctica me dijo, y yo le prometí que iba a practicar todos los días. Mamá los va a consentir con la comida, hace unas tortillas que están de muerte y una sopita que pone contento a todo estómago. Sus tías les van a mostrar el mundo y les darán la opinión sobre cada cosa que hagan o digan, ellas siempre tienen algo para decir. Y por último Mariano, les va a enseñar el mundo  y enseñarles nuevos idiomas. Mis hijos van a ser muy felices.  Espero algún día poder llevarlos a conocer mis tierras.


Silencio

 Se le perdió una lágrima.  Se marchito una flor. Se derrumbo un muro de puro dolor. El aire sopló alto y las nubes derrumbo. Dígale al dest...